Thursday, February 22, 2018

El neolítico


La domesticación de la naturaleza
Se denomina neolítico al último período de la prehistoria. El término (del griego neos –nuevo– y lithos –piedra–), acuñado en 1865 por el prehistoriador, político y banquero John Lubbock (1834-1913), hace referencia a la aparición de un nuevo modo de trabajar la piedra, consistente en su pulimentación. Esta técnica era más avanzada que la de la piedra tallada, característica del paleolítico, durante el cual los instrumentos líticos (de piedra) se confeccionaban golpeando una piedra con otras. Sin embargo, con el avance de los estudios sobre el neolítico se ha constatado que el cambio técnico fue sólo una de las manifestaciones de una transformación cultural mucho más profunda. El principal cambio fue el paso de la economía de subsistencia depredadora del paleolítico a una economía de producción: el sistema de caza y recolección fue sustituido por la agricultura y la ganadería.
• Origen geográfico del neolítico
Existen dos teorías sobre el origen geográfico del neolítico: la teoría monocéntrica y la teoría policéntrica. Según la primera, apoyada tradicionalmente por la mayoría de los prehistoriadores, el neolítico se habría originado en el Próximo Oriente, desde donde se difundió hacia el resto del mundo. La segunda, la teoría policéntrica, más aceptada actualmente, afirma que existieron diversos centros, en los cuales aparecieron las nuevas formas de vida del neolítico de manera independiente. Uno de ellos fue el Próximo Oriente, donde se cultivaron básicamente los cereales (trigo, cebada, arveja y lino). Otro fue América Central, que tuvo como principal producto el maíz y Extremo Oriente, donde se inició el cultivo del arroz.
• Las causas de la aparición del neolítico
Existen diversas teorías explicativas de las causas que produjeron la adopción por los seres humanos de nuevas maneras de relacionarse con la naturaleza. Una de ellas, que afecta sobre todo al origen del neolítico en el Próximo Oriente, se basa en el cambio climático que acaeció en el tránsito del pleistoceno al holoceno. En esta región de la franja templada de la Tierra el clima se convirtió en desértico a causa de una disminución de las lluvias. En este ecosistema hostil, los seres vivos sólo podían subsistir en los oasis y en los estrechos valles del Tigris y del Éufrates, donde se concentró la fauna y la vegetación. Quizás esta reducción del espacio disponible desarrolló la convivencia entre el ser humano y los animales e impulsó a aquél a tener a los animales cercados y vigilados para evitar que se escaparan. Así empezó su domesticación. Igualmente, para asegurar la reproducción de los vegetales, tuvo que implantarse en los oasis el cultivo de las plantas destinadas a la alimentación.
Pasillo del túmulo (IV milenio a. C.) de la isla Gavrinis (Morbihan, Francia), un dolmen de corredor de cámara única cubierto por un gran túmulo y formado por losas monolíticas casi todas grabadas en relieve con símbolos y líneas curvas.
Según otros autores el neolítico surgió a causa de la jerarquización que existía dentro de los grupos de cazadores del paleolítico, lo que pudo haber desencadenado el proceso de especialización de la sociedad, de manera que algunos grupos se dedicasen a cultivar la tierra.
Según otra teoría, que recoge las dos propuestas anteriores, el grado de desarrollo en el que se encontraban los habitantes del paleolítico permitió, con la llegada del cambio climático, que contaran con las condiciones intelectuales y técnicas necesarias para practicar la agricultura y la ganadería.
• Los primeros intercambios comerciales
A lo largo del neolítico la existencia de excedentes alimentarios permitió que hubiera personas dedicadas a tareas distintas a la producción de alimentos. De esta manera, lentamente se desarrollaron formas primitivas de comercio, así como de fabricación de elementos destinados a los intercambios comerciales. Éstos se incrementaron de forma gradual. En general, existe consenso entre los autores en admitir la existencia, al principio del neolítico, de un intercambio de tipo simple basado en el trueque. Éste, a finales del período, adoptó formas más complejas, con un principio de redistribución o de reciprocidad restringida (de lo que se deducen signos de jerarquización social).
El neolítico en el Próximo Oriente
El Próximo Oriente es la zona del mundo donde se han encontrado los yacimientos neolíticos más antiguos. Se distinguen dos grandes períodos: el precerámico y el cerámico.
• El neolítico precerámico
El Próximo Oriente es una de las pocas áreas del mundo en la que las transformaciones que preceden al neolítico se registran en fechas muy tempranas y son el resultado de un proceso de evolución interna. En esta zona se encuentran los diferentes factores que definen el nuevo estadio socioeconómico: la domesticación de animales y plantas, el sedentarismo, la evolución demográfica y las innovaciones tecnológicas.
Los investigadores dedicados a la aparición del neolítico han escalonado el proceso en diferentes etapas cronológicas. El neolítico del Próximo Oriente se divide en dos grandes períodos, diferenciados por la existencia o no de cerámica. La primera fase, denominada precerámica, se desarrolló hace entre 12.000 y 8.000 años; está representada por los yacimientos de Kalat Jarmo (Iraq), Ras Samra (Siria), Jericó (Palestina), Çatal Huyuk y Hacilar (Anatolia). Esta etapa se subdivide en precerámico antiguo, precerámico medio y precerámico reciente.
Ruinas del poblado de Khirokitia (Chipre), el primer asentamiento de la isla, perteneciente al período precerámico del neolítico europeo. Se componía de cabañas circulares de piedra y adobe agrupadas dentro de un muro a modo de recinto defensivo.
Una de las zonas mejor estudiadas del Próximo Oriente ha sido el valle del Éufrates. En esta área, entre 12.000 y 10.300 años antes de la actualidad, se datan los últimos grupos de cazadores recolectores. Es la denominada cultura natufiense, caracterizada por la progresiva sedentarización de los asentamientos (es decir, el abandono de la vida nómada).
En el período comprendido entre 10.300 y 9.600 años antes de la actualidad se entra en una fase ya propiamente neolítica, el denominado neolítico precerámico A (las siglas utilizadas por los arqueólogos para identificar este período son: PPNA, correspondientes en inglés a la expresión Pre-Pottery Neolithic A). En este período se realizaron los primeros ensayos agrícolas, dentro aún de un marco de economía depredadora fundamentada en la caza y recolección. También se constatan cambios en la arquitectura de las viviendas (se pasa de la planta circular a la rectangular) y en las técnicas de elaboración de los instrumentos de piedra.
Entre 9.600 y 9.200 años antes de la actualidad se desarrolló el período denominado neolítico precerámico antiguo B (EPPNB, del inglés Early Pre-Pottery Neolithic B). En éste apareció la agricultura predoméstica; todavía no se habían adaptado los vegetales silvestres a la agricultura, y la economía dominante continuaba siendo depredadora debido a la poca rentabilidad de las semillas cultivadas, aún no seleccionadas. En esta etapa se observa la consolidación de cambios en la tecnología lítica (adopción de la piedra pulimentada).
Entre 9.200 y 8.500 años antes de la actualidad se desarrolló el denominado neolítico precerámico medio B (MPPNB, del inglés Middle Pre-Pottery Neolithic B). Entonces se superó la fase de la agricultura predoméstica y se llegó a la plenamente doméstica. También se constata la domesticación de cabras y ovejas. En lo referente a la vivienda familiar, se experimentó un desarrollo significativo al adoptarse el hábitat pluricelular e iniciarse la utilización de la cal y del yeso.
Estatuilla femenina conocida como Venus de Malta (II milenio a.C.), probablemente relacionada con el culto a la fecundidad, hallada en Hagar Qim, uno de los monumentales santuarios neolíticos característicos de la isla de Malta (Museo Nacional de Arqueología de La Valletta, Malta).
Entre 8.500 y 8.000 años antes de la actualidad tuvo lugar el denominado neolítico precerámico reciente B (LPPNB, del inglés Late Pre-Pottery Neolithic B). Durante este período de medio milenio se produjo un avance notable de la economía de subsistencia al mejorar las técnicas de domesticación de plantas y animales. La agricultura era ya plenamente cerealística y se constata la domesticación de bóvidos. También se observa un incremento significativo del número de asentamientos (de lo que se deduce un aumento de la población) y hay evidencias de arquitectura colectiva (por ejemplo, los primeros edificios singulares en Anatolia). En cuanto al utillaje, se produce la estandarización de los instrumentos.
• El neolítico cerámico
En el período comprendido entre 8.000 y 7.200 años antes de la actualidad empezó el neolítico cerámico (también denominado fase pre-Halaf, en inglés, Late Neolithic). En esta fase se ha constatado la plena consolidación del nuevo sistema económico basado en la agricultura cerealística y en la ganadería (de cabras, ovejas o bovinos, según el ecosistema). Los asentamientos ocupaban las tierras fértiles de amplios valles fluviales. En algunas zonas, particularmente en Palestina, se ha detectado una desocupación que se vincula a una fase árida (de origen climático o fruto de una sobreexplotación en el período anterior). En el aspecto técnico, se observa una simplificación del utillaje, así como la aparición y el primer desarrollo de la cerámica. La diversidad tipológica y formal de las piezas ha servido para distinguir diferentes culturas. Esta etapa se encuentra representada por los yacimientos de Jericó, Tell Hassuna (Iraq) y Çatal Huyuk.
Entre 7.200 y 6.500 años antes de la actualidad se desarrollaron las civilizaciones clásicas prehistóricas de Oriente (culturas de Halaf y Hassuna, por ejemplo). En los aspectos económicos hay continuidad respecto al período anterior. Socialmente, algunos autores hablan ya de un inicio de jerarquización social (período correspondiente a las llamadas jefaturas). Como novedades más significativas se halla el incremento de los intercambios comerciales y de las producciones cerámicas de calidad.
• La forma de vida de los primeros agricultores
El poblado de Tell Halula (Siria) constituye uno de los mejor estudiados del Próximo Oriente. Su ocupación no se interrumpió durante aproximadamente unos 2.000 años, entre los inicios del VII milenio a.C. y el V milenio a.C.
Del asentamiento se han excavado más de 1.600 m2. Sus habitantes vivían en casas construidas con adobe, de planta rectangular y distribuidas de manera ordenada, próximas las unas a las otras y separadas por pequeños espacios, a modo de calles. Tenían grandes áreas exteriores, donde se realizaban las actividades domésticas (preparación de alimentos) y artesanales (como la fabricación o reparación de útiles de sílex).
Cráneo procedente de Jericó, de finales del período precerámico de Próximo Oriente (Museo Arqueológico Nacional, Ammán, Jordania). El rostro aparece reconstruido con arcilla y los ojos con fragmentos de concha.
Una de las novedades importantes del asentamiento de Tell Halula es la existencia de arquitectura monumental. Se conservan dos grandes muros: uno de uso agrícola, cuyos restos alcanzan una altura superior a los 3,5 m, realizado hace 8.000 años, y otro que parece cercar el poblado, de 7.800 años de antigüedad. Las dos construcciones son de piedra seca y constituyen una de las muestras orientales más antiguas de este tipo de construcciones. En la misma línea, cabe destacar el sistema defensivo encontrado en el yacimiento de Jericó. Su torre circular tiene unos 10 m de diámetro y una altura aproximada de 8 m.
Por lo que se refiere a las producciones artesanales, en una primera fase se observa que los pobladores de Tell Halula trabajaban el sílex para la fabricación de útiles, así como el basalto (para la fabricación de molinos), y piedras de procedencia lejana (para objetos de adorno personal, como cuentas de collar y colgantes). Respecto a la cerámica, las primeras producciones se realizaron hace unos 7.900 o 7.800 años.
Los habitantes del asentamiento de Tell Halula practicaban el intercambio comercial con otros grupos. Así lo demuestran los hallazgos en el poblado de piezas de cerámica y de objetos fabricados con materiales nobles, como la obsidiana (procedente de yacimientos primarios situados a más de 500 km de distancia), el alquitrán y diversas rocas y piedras preciosas.
Otro yacimiento que hay que destacar es el localizado en el valle de Beidha, al sur de Jordania, donde se ha excavado una aldea en la que se realizaron los primeros pasos hacia la domesticación de animales y el cultivo de plantas. Hace 9.000 años se practicaba en Beidha la domesticación de cabras; la base de la alimentación eran los cereales (principalmente la cebada silvestre, en proceso incipiente de cultivo).
La población de Beidha era sedentaria; sus casas eran circulares y agrupadas, y estaban dispuestas a modo de colmenas. No conocían la cerámica, aunque realizaban figuras de barro crudo que representaban a las divinidades de la fecundidad, muy características de los pueblos neolíticos, que dependían del ciclo agrícola para su supervivencia. Sus instrumentos de trabajo incluían hachas pulimentadas, molinos, morteros y mazas.
En otro yacimiento, Kalat Jarmo, se inició el cultivo de la escanda. En este asentamiento se observa una gran riqueza material. Sus habitantes utilizaban piedras graníticas para triturar y moler el cereal, fabricaban hornos para cocer, almacenaban en grandes silos, utilizaban hachas para remover la tierra y vivían en casas construidas con adobes, madera, ramas y barro. La vivienda era de planta rectangular y estaba cubierta con juncos. La industria lítica era muy floreciente y trabajaban la obsidiana. Hasta el s. XV a.C. desconocieron la cerámica, que era sustituida por arcilla cruda; con ésta modelaron figuras de animales domésticos y personajes femeninos (probablemente, diosas de la fertilidad).
En el yacimiento de Jericó, en Palestina, se encuentran las fases más antiguas de las nuevas técnicas de producción, así como un esbozo de las características de la futura vida urbana. Jericó es una de las ciudades más antiguas del mundo.
Se considera que el neolítico finalizó en el Próximo Oriente hace 4.300 años (los primeros objetos de cobre fundido datan del V milenio a.C.).
• Las prácticas funerarias
Al inicio del neolítico se constata, en el Próximo Oriente, una de las prácticas de enterramientos más características del período. Se trata de los enterramientos de cráneos aislados, que habían sido separados del cuerpo y manipulados con pinturas y otros materiales, como la arcilla, con los que se intentaba reproducir el rostro humano (una práctica que se había iniciado en el período natufiense). El culto al cráneo era uno de los elementos más significativos del ritual funerario neolítico. Yacimientos como Jericó, Tell Ramad, Nahal Hemar, Beisamoun o 'Ayn Ghazal aportan magníficos ejemplos de estas prácticas. Los cráneos aparecen acompañados de ajuares con abundante mobiliario, peanas y figurillas antropomorfas.
El neolítico en Europa
El neolítico europeo se divide en dos grandes fases: el neolítico precerámico, que se desarrolló hace entre 9.000 y 6.000 años, y el neolítico cerámico, hace entre 7.000 y 4.000 años.
El neolítico precerámico se inició hace unos 9.000 años en zonas colindantes con el Próximo Oriente, como las islas de Chipre y Creta, y las regiones griegas de Tesalia y Macedonia; destacan los yacimientos de Nea Nicodemia (Macedonia), Sesklo (Tesalia), Starcevo y Karanovo (en los Balcanes). En la Italia meridional también se han identificado algunos yacimientos de este período.
Según algunos autores el neolítico se propagó desde Sesklo al resto de Europa. Esta teoría establece dos vías principales de difusión. La primera sería la vía mediterránea, que daría lugar al neolítico de cerámica impresa o cardial. La segunda vía, a través del Danubio y del Rin, daría lugar al neolítico de cerámica de bandas, desarrollado en la zona centroeuropea.
• El Mediterráneo central y meridional
El neolítico antiguo de cerámica impresa o cardial se desarrolló hace entre 8.000 y 6.500 años en el Mediterráneo central y occidental. En este período la economía ya presenta animales y vegetales domesticados, aunque esta actividad se combinaba aún con la práctica de la caza y la recolección. Los hábitats se concentraban en las cuevas y la cerámica era de tipo cardial (es decir, decorada mediante la impresión en los bordes de la concha de Cardium edulis). En la península Ibérica existen cuevas de esta época donde aparecen numerosas especies domesticadas (por ejemplo, la cueva de l'Or, en Alicante, y la cueva de la Zarza, en Valencia).
La cueva de l'Or corresponde a uno de los grupos neolíticos más antiguos del Mediterráneo occidental. Constituye, asimismo, un ejemplo de cultura neolítica desarrollada principalmente en un hábitat de cuevas. En ella vivió un grupo humano que practicó la agricultura desde principios del V milenio a.C. hasta la primera mitad del III milenio a.C.
Yacimientos neolíticos de Europa. La sedentarización y la consolidación de una fuerte estructura social son algunos de los factores que impulsaron el crecimiento demográfico que se produjo en el neolítico.
A través del análisis de semillas carbonizadas se ha deducido que cultivaban diversos cereales, como la esprilla, la escanda, el trigo común y la cebada. Los animales domesticados eran la oveja, la cabra, el cerdo, el buey y el perro. También practicaban la caza, particularmente del corzo, de la cabra montés, del jabalí, del caballo y del uro, que les abastecían de pieles, cueros y astas. Todavía no habían abandonado la recolección y, en cuanto a los instrumentos, tenían hoces (lo cual constata la práctica de las rozas). La cerámica se caracterizaba por tener los bordes decorados con la impresión de una concha, lo que creaba líneas incisas.
• El resto de Europa
El neolítico de la zona centroeuropea, desarrollado hace entre 7.500 y 6.500 años, se caracteriza por la cerámica decorada con bandas, que más tarde pasó a tener una decoración incisa. Las viviendas eran colectivas y en las tumbas se constata cierta diferenciación social. Hace unos 4.000 años algunas de sus zonas se incorporaron al neolítico occidental y otras pasaron al calcolítico.
Un segundo gran grupo se desarrolló hace entre 7.000 y 4.000 años en la vertiente atlántica y en la zona nórdica de Europa, así como en las regiones prealpina y alpina. Estos grupos experimentaron un cierto aumento demográfico y desarrollaron las sepulturas megalíticas (especialmente en el actual Reino Unido y en la Bretaña francesa).
El denominado neolítico danubiano se desarrolló desde el lago Balatón (Hungría) hasta la desembocadura del río Oder. Las aldeas podían estar formadas por granjas dispersas o bien por hábitats agrupados, cercados con empalizadas para controlar los rebaños. Uno de los poblados mejor conocidos es el de Köln-Lindenthal (Alemania).
• El megalitismo
El enterramiento por inhumación se realizaba en grandes sepulcros construidos con piedras, los megalitos, característicos del neolítico de Europa occidental. El megalitismo no sólo tenía relación con las prácticas funerarias. Por ejemplo, los menhires (monolitos verticales y sin labrar) parecen tener habitualmente un carácter testimonial, pero, en la Bretaña francesa y en el Reino Unido, se encuentran con frecuencia agrupados en círculos (crómlechs) o formando largas alineaciones (como los de Carnac, en la Bretaña francesa), lo cual podría responder a un significado astrológico.
Las construcciones megalíticas son muy abundantes en la costa mediterránea española y en las islas del Mediterráneo occidental, particularmente en Menorca, Cerdeña y Malta.
El neolítico en América
Hace entre 5.000 y 4.000 años apareció en algunas regiones de América la vida sedentaria en aldeas permanentes que ya habían incorporado las plantas cultivadas al régimen alimenticio de la población. También en esta época se constata la aparición de la cerámica (figurillas y recipientes). Estas innovaciones se localizaron en las regiones centrales y meridionales de América Central (la actual Mesoamérica). En las zonas situadas al norte de Mesoamérica, los cazadores-recolectores siguieron con su modo de vida nómada y depredador hasta la época histórica.
Probablemente, los primeros vegetales domesticados en América fueron la calabaza, el chile y el amaranto; este último se empleaba como colorante para la lana. En el valle de Oaxaca, en la costa pacífica de México, concretamente en la gruta de Guilá Naquitz, se ha encontrado el testimonio más antiguo de actividad agrícola: un fragmento de una calabaza comestible (Cucurbita pepo) de hace unos 9.000 años. La judía o fríjol, en cambio, fue el último vegetal en ser cultivado.
Hace 5.000 años aparecen signos de domesticación de la cobaya y de la llama en Ayacucho (Perú), lo mismo que ciertas huellas de la práctica de la agricultura. También hay evidencias de llamas domesticadas en las tierras altas andinas que se remontan a hace 3.500 años, y hace entre 3.000 y 2.100 años aparecieron los primeros monumentos de piedra en la costa peruana y en las sociedades agrícolas de las tierras altas de los Andes.
• El valle de Oaxaca
Hace unos 3.000 años los agricultores del valle de Oaxaca vivían en casas de planta rectangular, construidas con materiales como postes de pinos, cañas y paja de gramíneas. Revestían las paredes de adobe con arcilla y, a veces, las blanqueaban con cal. Cada unidad doméstica incluía la casa, la zona de enterramiento de la familia y la zona de tratamiento de los cultivos; ésta contaba con grandes almacenes, hornos para cocer los alimentos y fabricar la cerámica, y zonas de molienda.
Los habitantes de Oaxaca convivían con animales como el perro y el loro, que ya estaban domesticados. Se alimentaban de maíz, teosinte (una gramínea parecida al maíz) y otras plantas, como el aguacate. Cabe destacar que, hace unos 3.000 años, el tamaño medio de la mazorca de maíz se había sextuplicado respecto al tipo silvestre. También consumían plantas silvestres, como el fruto del nopal, y animales cazados, como el ciervo, el conejo y la tortuga de agua dulce.

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