Monday, February 26, 2018

La descolonización


El concepto de descolonización
Se entiende por descolonización el proceso por el cual los países asiáticos y africanos que habían formado parte de algún imperio colonial europeo adquirieron la categoría de estados independientes. Cronológicamente, corresponde al período comprendido entre 1945 y 1975.
El fin de los imperios coloniales, después de la II Guerra Mundial, fue uno de los grandes acontecimientos del s. XX. Para entender la magnitud y la extensión que tomó el movimiento liberador solamente cabe recordar que en 1914 el 84 % del territorio mundial estaba en manos de los europeos y que en sólo dos décadas (1945-1965) la mayoría de colonias europeas alcanzaron la independencia.
Causas de la descolonización
Las causas del proceso de descolonización son diversas. Por una parte, la II Guerra Mundial debilitó considerablemente las potencias coloniales. Por otra, en las colonias existían minorías intelectuales indígenas que se habían formado en Europa y se habían familiarizado con las ideas de libertad y de soberanía nacional. Finalmente, las dos grandes potencias, Estados Unidos y la Unión Soviética, se oponían al colonialismo por motivos diferentes. Los primeros, porque veían la posibilidad de colocar sus capitales y productos en mercados hasta entonces celosamente reservados a las metrópolis. La Unión Soviética, porque el debilitamiento de las potencias coloniales y la aparición en las colonias de movimientos de liberación de ideología marxista le ofrecían la posibilidad de ampliar su área de influencia.
Las vías de acceso a la independencia
Los procesos de independencia siguieron distintas vías en cada caso, de acuerdo con la diferente implantación del colonialismo, con las influencias recibidas por los movimientos de liberación y con la actitud de las metrópolis. Se llevaron a cabo mediante la guerra, la negociación o una combinación de ambas.
La descolonización de África y Asia. Ésta consistió en la transferencia del poder político de las metrópolis a la población indígena, pero dejó a las antiguas colonias en una situación de dependencia económica que todavía no les ha permitido desarrollar y gestionar sus recursos naturales en función de sus propios intereses.
La guerra se utilizó allí donde las metrópolis quisieron recuperar las colonias perdidas durante el conflicto mundial (Francia en Indochina, los Países Bajos en Indonesia), o bien en lugares donde la población europea era numerosa (como en Argelia). En otros casos, las metrópolis prefirieron preparar un proceso de independencia favorable a sus intereses (el Reino Unido en la India, por ejemplo), o bien establecieron cauces de diálogo con los dirigentes nacionalistas (Francia en Tunicia y Marruecos).
De las metrópolis europeas, Francia fue la que opuso mayor resistencia a deshacer su imperio. En la conferencia de Brazzaville (1944), el general Charles de Gaulle intentó frenar el proceso emancipador de las colonias mediante la creación de la Unión Francesa, entidad en la que, supuestamente, las colonias se integraban libremente y en igualdad de condiciones con la metrópoli. Por otro lado, Francia estaba interesada en que las colonias asimilasen la lengua, la cultura y la administración francesas, intentando hacer de ellas una prolongación de la metrópoli, lo cual hizo que la ruptura fuera compleja y traumática.
El Reino Unido parecía estar más preparado para asumir la desaparición de su imperio colonial. Antes de la guerra ya se habían producido experiencias de descolonización. Los territorios con mayoría anglosajona (Nueva Zelanda y Australia) eran independientes dentro del marco de la Commonwealth, y Egipto e Iraq ya habían accedido a la independencia política.
La descolonización de Asia
Salvo en los imperios de China y Japón, la penetración europea en Asia central y oriental había concluido a finales del s. XIX con la integración en los imperios coloniales europeos de territorios extensos y densamente poblados. El subcontinente indio se había incorporado al Reino Unido a partir del s. XVII; Indonesia dependía de los Países Bajos; la tercera gran región colonial asiática era Indochina, que había sido integrada, desde mediados del s. XIX, en el Imperio francés.
Asia es, actualmente, un continente descolonizado e integrado por naciones con un destacado papel internacional. En el proceso general de independencia del continente asiático pueden distinguirse tres etapas bien definidas:
·         — Desde la revolución china de 1911 hasta la II Guerra Mundial.
·         — Desde 1945 a 1955, período en que accedieron a la independencia la mayor parte de los pueblos asiáticos.
·         — Desde 1955 hasta la reintegración de Hong Kong y Macao a China (en 1997 y 1999, respectivamente).
• La independencia de las posesiones británicas
Aunque ya en 1946 se habían independizado las islas Filipinas, la independencia política de la península del Indostán fue el primer paso decisivo en la descolonización de Asia.
La India, "la joya de la Corona", orgullo del Imperio británico y verdadero subcontinente donde se reunían pueblos, etnias, religiones y lenguas muy diversos, inició en la década de 1930 la recta final hacia la independencia. Debido a las presiones nacionalistas, los británicos habían otorgado en 1935 una constitución federal (Acta India), rechazada por la población india, ya que el poder continuaba en manos del gobernador británico.
Durante la II Guerra Mundial, el Partido del Congreso, dirigido por Mahatma Gandhi y Jawaharlal Nehru, practicó una política de no cooperación con la Gran Bretaña, reclamando la independencia inmediata. Mientras, la administración británica ejerció una intensa represión contra el movimiento nacionalista.
Reunión sobre la partición de la India en julio de 1947, en Nueva Delhi, con la participación de lord Mountbatten (centro), encargado de la transferencia de poderes a los nuevos estados, y los futuros dirigentes de Pakistán e India, Mohammed Alí Jinnah (derecha) y Jawaharlal Nehru (izquierda).
Al finalizar la II Guerra Mundial se reemprendieron las negociaciones. Los acuerdos de transmisión de poderes entre el último virrey de la India, lord Mountbatten, y los líderes de los dos grandes partidos indios (el Partido del Congreso, de Gandhi y Nehru, y la Liga Musulmana, de Alí Jinnah), fueron revalidados por el Parlamento británico en julio de 1947. El 14 de agosto la India accedió oficialmente a la independencia.
El país se dividió en dos estados definidos por razones religiosas: la Unión India, de mayoría hindú, y Pakistán, de mayoría musulmana. Del gobierno de la India se ocupó Nehru, y del de Pakistán, Jinnah. Los costos de la partición fueron enormes, dado que se multiplicaron los conflictos territoriales y religiosos. Se produjeron sangrientos enfrentamientos civiles en regiones como Bengala y Punjab, donde convivían hindúes y musulmanes. Se estima en más de medio millón de muertos el saldo de los conflictos que tuvieron lugar entre 1946 y 1947. Por otra parte, el fundamentalismo religioso provocó una ola de refugiados en ambas direcciones: 7,5 millones de musulmanes y 10 millones de hindúes pasaron de un estado a otro.
El Estado pakistaní se hallaba dividido en dos territorios, al este y al oeste de la India, separados entre sí por más de 2.000 km de distancia. Esto provocó no pocas dificultades, hasta que, en 1971, la sección oriental, con el apoyo de la India, se constituyó en nuevo estado independiente con el nombre de Bangla Desh, tras una cruenta guerra civil.
La independencia de la India tuvo efectos inmediatos en otras posesiones británicas en Asia, como Birmania, Ceilán y Malaysia. A principios de 1948, Birmania (actual Myanmar) adquirió la condición de estado independiente, como resultado de la presión ejercida por la Liga Antifascista, forjada en la lucha contra la invasión japonesa.
En 1948, el Gobierno británico concedió la independencia a Ceilán, que en 1972 adoptó el nuevo nombre de Sri Lanka. Algo más difícil fue el proceso seguido en Malaysia, donde la heterogeneidad étnica (40 % de chinos, 40 % de malayos, 20 % de indios) y religiosa, así como la dispersión territorial, retardaron el proceso de independencia. En 1957 se constituyó la Unión Malaya en el seno de la Commonwealth británica. La ciudad de Hong Kong permaneció adscrita al Reino Unido hasta su devolución a China en 1997.
• La liquidación del Imperio colonial neerlandés
La descolonización de Indonesia, que supuso la liquidación del Imperio colonial neerlandés en Asia, fue rápida. La ocupación japonesa de las islas desde 1942 dio un gran impulso al movimiento nacionalista, dirigido por Akmed Sukarno. En 1945, los japoneses se retiraron, y Sukarno proclamó unilateralmente la independencia. El Gobierno neerlandés fracasó en el intento de recuperar la colonia mediante negociaciones y optó por la intervención militar. En 1947 y 1948, las tropas neerlandesas intentaron infructuosamente la reconquista militar del archipiélago.
Achmed Sukarno, líder del movimiento de independencia de Indonesia y presidente de este país entre 1949 y 1966, fue un dirigente culto y carismático que consiguió unir a su pueblo con el objetivo común de la creación de la República independiente de Indonesia.
En agosto de 1949 se acordó el traspaso de la soberanía a la República de Indonesia. Sukarno se mantuvo al frente del país hasta 1965.
• La independencia de los territorios franceses. Las guerras de Indochina
Francia ensayó una estrategia muy diferente de la británica. La Constitución de 1946 preveía la formación de la Unión Francesa, que intentaba integrar bajo la soberanía de Francia a los países que formaban su imperio. Pero esta opción estaba abocada al fracaso. La primera brecha abierta en la Unión Francesa fue la independencia de Indochina, la joya asiática de Francia.
Los japoneses ocuparon la Indochina francesa (Vietnam, Laos y Camboya) durante la II Guerra Mundial. El líder de las fuerzas nacionalistas vietnamitas era el comunista Hô Chi Minh, que proclamó la independencia de Vietnam tras la rendición de los japoneses. Francia no aceptó la independencia, lo que provocó en 1946 el inicio de una larga y dura guerra colonial. El partido comunista mantuvo su control sobre el norte de Vietnam, mientras los franceses crearon estados satélites, como el del emperador Bao Dai en Vietnam del Sur. Finalmente, las guerrillas comunistas se impusieron al ejército colonial francés, que sufrió una humillante derrota en Diên Biên Phu.
El coronel De Castries, Marc Jaquet, secretario de los Estados Asociados, y el general Blanc, jefe del Estado Mayor del Ejército, visitaron Diên Biên Phu, lugar de la derrota de las tropas francesas por las fuerzas del Vietminh, al mando de Vô Nguyên Giap, en mayo de 1954.
En 1954, la conferencia internacional de Ginebra estableció la división de Indochina en tres estados independientes (Vietnam, Laos y Camboya). A su vez, Vietnam quedaba dividido en dos zonas (al norte y al sur del paralelo 17) hasta la celebración de unas elecciones. Mientras en el norte se formó una república popular comunista, en el sur el emperador fue destituido y se estableció un régimen dictatorial que contó desde el principio con la ayuda de Estados Unidos, interesados en frenar la expansión comunista en el Sureste asiático. En 1963 se inició la tercera guerra de Indochina, en la que se enfrentaron sudvietnamitas y estadounidenses, por un lado, y Vietnam del Norte y las guerrillas comunistas de Vietnam del Sur, por el otro. El conflicto se extendió también a Laos y Camboya. La retirada estadounidense, a partir de 1973, permitió la reunificación de Vietnam bajo un régimen comunista en 1975.
La conferencia de Bandung (1955)
La primera demostración de fuerza de los países descolonizados fue la conferencia de Bandung (Indonesia). Los nuevos estados no se resignaban a ser comparsas de un mundo dominado por las dos grandes potencias (Estados Unidos y la URSS) y por esta razón quisieron hacer sentir su propia voz.
El organizador de la conferencia fue Nehru, primer ministro de la India, que contó con el apoyo inicial de Pakistán, Ceilán, Birmania e Indonesia (el grupo de Colombo). La conferencia fue presidida por Akmed Sukarno, y en total participaron veintinueve estados asiáticos y africanos.
La conferencia asumió por unanimidad cinco grandes principios: el respeto a la soberanía y a la integridad nacionales, la igualdad de las razas y de las naciones, el principio de no agresión, la no injerencia en asuntos interiores de otros países y la coexistencia pacífica. Además, la conferencia se pronunció contra el racismo y el colonialismo, y pidió a las potencias coloniales que otorgaran la independencia a los territorios aún sometidos. Se reclamó también la cooperación económica mundial con el fin de luchar contra la pobreza y el subdesarrollo.
La conferencia de Bandung (Java, Indonesia) agrupó a los delegados de 23 naciones asiáticas y seis africanas que se declararon contrarios al colonialismo. Los primeros ministros japonés y chino (Tatsunosuke Takasaki y Zhou Enlai) conversan durante las jornadas de la conferencia.
Entre los países participantes se dieron tres grandes tendencias: los prooccidentales, como Ceilán, Pakistán, Turquía, Iraq, etc.; los comunistas, como China y Vietnam del Norte, y los no alineados. De esta conferencia nació el Movimiento de Países No Alineados, que pretendía reunir a todos los países contrarios a la política de bloques.
La descolonización de África
El reparto de África había marcado el cenit de la hegemonía mundial de Europa a finales del s. XIX. En pocos años, casi todo el continente africano había quedado atribuido a los imperios coloniales europeos. Del mismo modo, también en un corto espacio de tiempo, África adquirió la independencia política.
• Áreas coloniales de África
Entre 1957 (independencia de Ghana) y 1962 (independencia de Argelia) se desarrolló la parte central del proceso de descolonización de África. La independencia de las colonias de Asia y la celebración de la conferencia de Bandung estimularon el proceso de descolonización de los países africanos.
En el proceso descolonizador se pueden distinguir las siguientes áreas:
·         África islámica septentrional: Situada al norte del Sahara, y que se extendía entre el Atlántico, el Mediterráneo y el mar Rojo. Comprendía desde el Magreb, al oeste, hasta el Nilo, al este. La integraban protectorados y territorios bajo la administración colonial metropolitana francesa, británica y española.
·         África británica: Distribuida por las regiones occidental, oriental, central y austral del continente y sometida a distintos tipos de régimen colonial, aunque con el elemento común del sistema de administración indirecta.
·         África francesa: Agrupada en las regiones occidental, ecuatorial y oriental del continente, también sujeta a diversos tipos de régimen colonial, pero en este caso con una administración colonial estrechamentre vinculada a la metrópoli.
·         África belga: Localizada en la región central del continente.
·         África portuguesa: Repartida en las regiones occidentales y australes del continente, abierta tanto hacia el Atlántico como hacia el Índico.
·         África española: Comprendía los territorios atlánticos del Sahara y de la actual Guinea Ecuatorial, así como en el norte de Marruecos.
Para completar el mapa de las regiones africanas hay que analizar la peculiar y conflictiva situación de África del Sur.
• Las colonias británicas
La independencia de las colonias británicas en África fue, en general, un proceso menos conflictivo que el de las colonias de las restantes metrópolis. El sistema político que había impulsado el Reino Unido se basaba en la concesión gradual de competencias a las colonias y en el apoyo a la formación de órganos de gobierno autónomos (Indirect Rule o administración indirecta).
El primer ejemplo de este proceso fue la descolonización de las posesiones británicas situadas en las costas del África ecuatorial occidental. Costa de Oro, después conocida como Ghana, se convirtió en estado independiente en 1957, bajo la dirección de Kwame Nkrumah. Más tarde le siguieron otros estados de la región, como Sierra Leona, Togo, Dahomey o Gambia. La independencia de Nigeria fue acordada en 1960; resultó más conflictiva, debido a la diversidad étnica, religiosa y económica de este país; la guerra civil, o guerra de Biafra (1967-1970), tuvo consecuencias dramáticas para la población.
En el África oriental británica se aplicó el mismo esquema. La independencia de Tanganyika se produjo a finales de 1961 bajo la dirección de otro gran líder africano, Julius Nyerere; el nuevo estado cambió su nombre por el de Tanzania tras su unión con Zanzíbar en 1964.
El acceso a la independencia de Kenya, bajo el liderazgo de Jomo Kenyatta, fue posterior a la represión de la revuelta de los mau-mau, sociedad secreta que se oponía a la presencia de los colonos europeos.
La Federación de Rhodesia y Nyasalandia se disolvió al alcanzar la independencia los estados de Malawi y Zambia (1964) y la República de Rhodesia (1970), que en 1980, con el nombre de Zimbabwe, obtuvo un gobierno indígena bajo el control de Ian Smith.
En el África meridional británica, la descolonización se enfrentó con más problemas debido al importante contingente de población blanca en algunos países, como por ejemplo en Rhodesia del Sur (8 % del total). También se dejaba notar la influencia negativa de la vecina Sudáfrica, anclada en el apartheid hasta finales del s. XX. La descolonización no era, pues, sólo un asunto entre la metrópoli y las colonias, sino que también enfrentaba a la mayoría negra y a la minoría blanca, que aspiraba a mantener su hegemonía económica y política.
En Nyasalandia y en Rhodesia del Norte, la independencia fue proclamada en 1964; los nuevos países fueron denominados Malawi y Zambia, respectivamente. En Rhodesia del Sur triunfó la posición de la minoría blanca, dirigida desde 1965 por Ian Smith, quien proclamó unilateralmente la independencia del país al margen de la Commonwealth. La larga lucha de la mayoría negra, aglutinada en torno al Frente Patriótico de Robert Mugabe, desembocó en 1980 en la creación del Estado de Zimbabwe.
• Las colonias francesas
El fracaso de la Unión Francesa y la derrota militar en Indochina aceleraron el proceso de independencia de las colonias francesas. En general, se llevaron a cabo por medio de negociaciones, excepto en Argelia, donde un cruento enfrentamiento militar de ocho años precedió a la independencia. El paso decisivo lo dio, sin duda, el general De Gaulle al establecer la base de la independencia en la voluntad de los pueblos coloniales, expresada en referéndum. Mediante el referéndum de 1958, las colonias podían escoger entre la autonomía dentro de la Comunidad Francesa o la independencia, que comportaría la supresión de toda ayuda económica de la metrópoli. Sólo Guinea, siguiendo las directrices de Sékou Touré, votó por la independencia.
Los países restantes aceptaron las condiciones propuestas por los franceses. Sin embargo, la inviabilidad de la Comunidad Francesa hizo que en 1960 la autonomía de estos países se convirtiera en independencia total y toda el accediera a la independencia África subsahariana, desde Senegal hasta Chad.
El Magreb presentó dos vías de descolonización, que respondían a diferentes realidades coloniales. Por un lado, Marruecos y Tunicia eran dos protectorados en los cuales existían gobiernos indígenas, y en el caso de Marruecos, una dinastía secular. La presencia de colonos franceses era escasa, y existía además una élite autóctona con la que negociar la independencia sin demasiados traumas. En marzo de 1956 se proclamó la independencia de ambos territorios.
La alta proporción de población de origen francés en Argelia provocó el estallido de un grave conflicto social interno que desembocó en la guerra para la independencia más larga de África. Soldados franceses ocupando Argel, el 13 de diciembre de 1960, tras los disturbios ocurridos el día anterior.
La complejidad del caso de Argelia derivaba de su propia antigüedad como colonia francesa, de su mayor integración en la metrópoli y, sobre todo, de la presencia de una elevada colonia de inmigrantes (un millón de europeos frente a nueve millones de musulmanes). En 1954 estalló una sangrienta guerra de liberación entre el Frente de Liberación Nacional (FLN), dirigido por Ben Bella, y el ejército colonial francés, que contaba con la ayuda de la mayoría de los colonos franceses. La guerra de Argelia supuso la muerte de 30.000 franceses y de cerca de un millón de argelinos.
En 1959, Francia reconoció el derecho a la autodeterminación de los argelinos, lo cual permitió el inicio de negociaciones, que concluyeron con los acuerdos de Évian (marzo de 1962), por los que Francia reconocía la independencia de Argelia. En julio de 1962, tras un plebiscito, se proclamó la República Popular y Democrática de Argelia, presidida por Ben Bella.
• El Congo Belga
El Congo Belga fue otro ejemplo de descolonización conflictiva. La colonia era muy rica en minerales, por lo que Bélgica se resistía a dejarla. La explotación de la población negra era muy dura y el nivel de vida de la población era ínfimo. La inmensidad del país comportaba grandes diferencias étnicas y culturales.
En 1950 apareció la primera organización nacionalista: la Asociación de los Pueblos Bakongo (ABAKO), liderada por Joseph Kasavubu. Más tarde se formó el izquierdista Movimiento Nacional del Congo (MNC), dirigido por Patrice Lumumba. En 1957 se celebraron elecciones, en las que triunfó ABAKO. En junio de 1960 se declaró la independencia del país, con Kasavubu como presidente y Lumumba como jefe de Gobierno. Para evitar conflictos territoriales se estableció un estado federal, pero los intereses económicos y las luchas tribales provocaron pronto el estallido de una guerra civil. Un posterior golpe de estado del coronel Mobutu Sese Seko, apoyado por las potencias occidentales, estableció un régimen dictatorial. En 1971, el Congo y su capital, Leopoldville, pasaron a denominarse Zaire y Kinshasa, respectivamente. En 1997, el nombre de Zaire fue sustituido por el de República Democrática del Congo.
• Las colonias portuguesas
Los territorios del África portuguesa fueron los de descolonización más tardía. Las colonias portuguesas africanas estaban compuestas por Guinea y Cabo Verde, en la costa occidental africana; Santo Tomé y Príncipe, en el golfo de Guinea, y Angola y Mozambique, en el África austral.
Dada la ausencia de instituciones de autogobierno en las colonias y su dependencia directa del Ministerio de las Colonias de Lisboa, la estrategia seguida por las organizaciones africanistas fue la lucha armada mediante la guerra de guerrillas. La metrópoli emprendió en 1961 una guerra colonial absurda, ya que no contaba con suficientes recursos militares para imponerse a los africanos y, además, suscitaba el unánime rechazo internacional.
La guerra duró hasta la revolución de los Claveles de 1974, a partir de la cual se llevó a cabo una rápida descolonización. Este mismo año se independizó Guinea-Bissau, y al año siguiente lo hicieron Cabo Verde, Mozambique, Angola, y Santo Tomé y Príncipe. La independencia de Mozambique y Angola provocó, en ambos casos, una larga guerra civil entre guerrillas prooccidentales y prosoviéticas.
• Las colonias españolas
España tenía cuatro territorios coloniales en África: Ifni, Sahara Occidental, Guinea Ecuatorial y el norte de Marruecos (el Rif, con la excepción de Ceuta y Melilla). En 1956, este último se integró en el nuevo Marruecos independiente. En 1969, después de una serie de escaramuzas bélicas, España cedió a las presiones de Marruecos y le cedió Ifni. Guinea Ecuatorial se independizó en 1968.
En 1975, el Sahara fue cedido por España a Marruecos y Mauritania. Esta cesión tuvo la oposición del saharaui Frente Polisario, que proclamó la independencia del territorio y se enfrentó militarmente a los ocupantes. Tras la renuncia de Mauritania al territorio, el Frente Polisario prosiguió una larga guerra contra Marruecos.

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