Monday, February 26, 2018

La Guerra Fría


Antecedentes de la Guerra Fría
Se denomina Guerra Fría al período comprendido entre el final de la II Guerra Mundial, en 1945, y la desaparición de la Unión Soviética (URSS), en 1991, durante el cual dos superpotencias mundiales (Estados Unidos y la URSS) encabezaron sendos bloques de países enfrentados en todos los órdenes (militar, económico, político e ideológico). Las relaciones internacionales y el proceso de descolonización de la segunda mitad del s. XX se desarrollaron en este contexto mundial de enfrentamiento larvado, surgido a partir de los acuerdos de paz que marcaron el final de la II Guerra Mundial.
Durante los años de la Guerra Fría se vivió en un estado de tensión permanente en el que nunca se llegó al enfrentamiento bélico directo entre Estados Unidos y la Unión Soviética, pero sí entre algunos de sus aliados. Aunque la Guerra Fría propició el estallido de graves conflictos internacionales, el enfrentamiento entre las dos grandes potencias y la amenaza de una guerra nuclear permitió cierta estabilidad a la política mundial, por lo menos en las zonas más directamente controladas por ellas. Con la desaparición de la Unión Soviética en 1991 quedó destruido el sistema bipolar de relaciones internacionales y se inició una nueva era marcada por la existencia de una única superpotencia mundial (Estados Unidos), por una creciente desestabilización política y económica y por la aparición de diferentes focos de influencia mundial, progresivamente enfrentados a la hegemonía estadounidense (multipolaridad).
• La construcción de un nuevo orden mundial
Diversas conferencias celebradas en la fase final de la II Guerra Mundial, todavía en pleno conflicto bélico, pusieron las bases de los acuerdos territoriales de la posguerra. La primera de ellas se celebró en Teherán en noviembre de 1943. En la segunda, celebrada en Moscú en octubre de 1944 entre los dirigentes del Reino Unido y la Unión Soviética, se trató sobre la península de los Balcanes; se acordó que, finalizada la contienda, Grecia quedaría bajo influencia británica, y Rumania y Bulgaria, bajo la de la URSS. No se pronunciaron sobre Polonia ni tampoco sobre la posible división de Alemania.
De izquierda a derecha, el primer ministro británico, Winston Churchill, el presidente de Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, y el secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética, Josef Stalin, durante las conversaciones mantenidas en el transcurso de la conferencia de Yalta, celebrada entre el 4 y el 11 de febrero de 1945.
La tercera conferencia se celebró en febrero de 1945 en Yalta (Ucrania, Unión Soviética), y a ella acudieron los dirigentes del Reino Unido, de Estados Unidos y de la URSS. Por aquellas fechas los ejércitos soviéticos ya habían ocupado buena parte de Alemania, por lo que las pretensiones de la URSS sobre este territorio contaban con un contundente argumento de fuerza. En Yalta se acordó el reparto de Alemania, así como de la ciudad de Berlín, en cuatro zonas, controladas por el Reino Unido, la Unión Soviética, Estados Unidos y Francia. Las cuatro potencias se repartirían también Austria y su capital, Viena. También se trató de las reparaciones de guerra que debería pagar Alemania.
La última conferencia entre los aliados se celebró en Potsdam, en las cercanías de Berlín, en julio y agosto de 1945, cuando la guerra en Europa ya había acabado y los estadounidenses habían demostrado la capacidad destructora de su nuevo armamento con el lanzamiento de dos bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki los días 6 y 9 de agosto, respectivamente. Los acuerdos de Potsdam ratificaron la división de Alemania en cuatro zonas de ocupación (estadounidense, soviética, británica y francesa) y la ampliación del territorio soviético hacia el oeste: incorporación de los Estados de Estonia, Letonia y Lituania, y anexión de algunos territorios de Rumania (Besarabia), Checoslovaquia, Finlandia y Polonia, que a su vez amplió su territorio con tierras hasta entonces alemanas.
El reparto del mundo
La influencia de la URSS sobre la Europa oriental no se limitó a las anexiones territoriales. En los estados liberados u ocupados por el ejército soviético (Polonia y parte de Alemania, Checoslovaquia, Rumania, Bulgaria, Yugoslavia, Albania y Hungría) se formaron gobiernos provisionales, a la espera de la celebración de elecciones libres. Sin embargo, mediante la manipulación de las elecciones o, simplemente, gracias a golpes de estado apoyados por el Ejército Rojo, los partidos comunistas nacionales, controlados por la URSS, implantaron en estos países sistemas políticos a imagen y semejanza del régimen soviético (las llamadas democracias populares). El dominio de la URSS sobre estos estados consagró la división de Europa en dos bloques (el comunista, controlado por los soviéticos, y el capitalista, bajo la influencia de Estados Unidos), divididos por el llamado Telón de Acero.
• El área de influencia estadounidense
Estados Unidos ejercía su influencia sobre la parte de Europa no ocupada por el ejército soviético: Francia, el Reino Unido, Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo, Italia y Grecia. Alemania, que inicialmente había quedado dividida en cuatro zonas de ocupación, pasó a estar dividida en sólo dos cuando franceses, británicos y estadounidenses unificaron sus áreas de influencia con la creación en 1949 de la República Federal de Alemania (RFA), frente a lo que la Unión Soviética reaccionó creando en el mismo año la República Democrática Alemana (RDA). En Austria, las cuatro potencias ocupantes se retiraron en 1955. De inmediato el país fue reunificado y adoptó un estatuto especial de neutralidad entre los dos bloques.
Una pareja de berlineses hablan con sus familiares retenidos en el sector este a través del muro. Construido en 1961, el muro de Berlín dividió la capital alemana en dos sectores y se convirtió en testimonio de la tensión existente entre los bloques comunista y capitalista durante la Guerra Fría.
Tras la rendición de Japón, Estados Unidos había pasado a controlar directamente la política y la administración del país asiático, que quedó así integrado dentro del grupo de países de influencia estadounidense.
La recuperación económica de Europa: el plan Marshall
En conjunto, Europa había quedado destruida después de la guerra y difícilmente hubiera sido posible su reconstrucción sin la aportación de ayuda exterior. Por el contrario, Estados Unidos había salido de la contienda en una situación económica positiva, ya que la guerra no había afectado directamente a su territorio y, además, había tenido efectos dinamizadores sobre la producción. La amenaza de una extensión del comunismo en Europa era real, sobre todo entre las capas de la población más desfavorecidas, a menos que éstas pudieran salir de la situación de pobreza y descontento en que vivían. En este contexto y para limitar cualquier hegemonía de su oponente, Estados Unidos ideó un vasto plan de ayuda a las economías europeas.
El programa European Recovery Program, conocido como plan Marshall, se inició en 1948. Consistió en la aportación de capitales a Europa en unas condiciones muy favorables, ya que sólo el 10 % de la ayuda debería ser retornada. Las inversiones se orientaron en buena parte hacia las infraestructuras (puentes, carreteras, líneas férreas, etc.) y hacia la compra de materias primas y alimentos. La economía europea se recuperó con rapidez, por lo que el mercado europeo pudo empezar a absorber con facilidad parte de la abundante producción estadounidense. Como resultado de la recuperación económica del continente europeo, en 1951 se creó la Comunidad Europea del Carbón y el Acero (CECA), que sería el germen de la futura Comunidad Económica Europea (CEE).
Otras iniciativas en pro de la recuperación económica de la posguerra fueron la creación en 1944 del Fondo Monetario Internacional (FMI) y en 1945 del Banco Mundial, instituciones a las que se incorporaron los países del bloque estadounidense.
La OTAN
En el ámbito militar, Estados Unidos promovió una alianza entre los países de su área de influencia mediante la creación en 1949 de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Su objetivo era hacer frente a una posible amenaza soviética.
Los primeros integrantes de la OTAN fueron Canadá, Estados Unidos, Dinamarca, Bélgica, Francia, el Reino Unido, Islandia, Italia, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos y Portugal. En 1952 se incorporaron Grecia y Turquía; en 1955, la RFA; y en 1982, España.
Otras alianzas creadas en estos años en torno a Estados Unidos fueron la OEA (Organización de Estados Americanos, 1948); la SEATO (Organización del Tratado del Sureste Asiático, 1954), que agrupaba a Estados Unidos, al Reino Unido, Francia, Nueva Zelanda, Australia, Pakistán, Tailandia y Filipinas; y la CENTO (Organización del Tratado Central, 1959), de la que formaban parte el Reino Unido, Pakistán, Turquía, Irán y, parcialmente, Estados Unidos.
El área iberoamericana
Desde 1823, con la llamada doctrina Monroe, Estados Unidos había ejercido sobre el continente sudamericano un dominio hegemónico que se reforzó a finales del s. XIX con la creación de la Unión Panamericana, sustituida por la OEA en 1948. Con la creación en 1960 de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC) y del Mercado Común Centroamericano, los países latinoamericanos intentaron en vano disminuir la influencia de Estados Unidos sobre sus economías.
La URSS trató de extender, sin mucho éxito, su influencia sobre América Latina, pero sólo lo consiguió en Cuba. Sin embargo, la distancia geográfica de este continente respecto al bloque soviético y la contundencia de la política ejercida por Estados Unidos hicieron desistir a los soviéticos de propiciar movimientos revolucionarios en estos países.
• El área de influencia de la URSS
A diferencia de Estados Unidos, la Unión Soviética había salido muy debilitada de la II Guerra Mundial y, además, no estaba en posesión de la bomba atómica. Por ello, el objetivo prioritario de Stalin fue la creación de una zona donde la Unión Soviética ejerciera su control, sin intentar avanzar posiciones en Europa ni pasar a un ataque directo contra Estados Unidos, ante cuyo poder militar se reconocía inferior.
Países integrantes del pacto de Varsovia. El 14 de mayo de 1955, seis años después de la creación de la OTAN, siete países, Albania, Hungría, Bulgaria, Rumania, Polonia, Checoslovaquia y la URSS firmaron el pacto de Varsovia, convenio de mutua ayuda en materia de defensa. La República Democrática Alemana se adhirió al pacto en 1956.
En la Europa oriental, después de haber impuesto regímenes comunistas adictos a Moscú, la Unión Soviética puso en marcha en 1949 un proyecto de cooperación económica entre los países de su bloque, llamado Consejo de Ayuda Mutua Económica (COMECON, 1949). Preveía la planificación conjunta de la economía de los países comunistas, especializando a cada estado en un sector productivo determinado; de hecho, colocaba a la Europa oriental en una situación de dependencia económica respecto de la URSS.
En el ámbito militar, la URSS auspició la firma de una alianza de tipo militar (Pacto de Varsovia, 1955), integrada por la propia URSS y los países de su área de influencia (Albania, Bulgaria, Hungría, Polonia, RDA, Rumania y Checoslovaquia).
Las ideologías
La Guerra Fría no fue sólo un período de enfrentamiento político entre dos bloques sino también ideológico.
• El liberalismo capitalista
La obsesión de Estados Unidos durante la Guerra Fría no consistió tanto en extender la democracia liberal en el marco de una economía de mercado sino, principalmente, en frenar la expansión del comunismo.
El anticomunismo de Estados Unidos se concretó en considerar a los partidos comunistas de cualquier país como meros apéndices de la Unión Soviética. Para frenar el avance del comunismo se utilizaron medios como la ayuda al desarrollo económico o el apoyo económico, militar y político a dictaduras o regímenes autoritarios, siempre que éstos garantizaran su oposición al comunismo.
El senador Joseph McCarthy
En el interior de Estados Unidos, la lucha contra el comunismo tuvo su pagina más negra en la política llevada a término por el senador McCarthy entre 1950 y 1954, que consistió en la persecución de cualquier ciudadano que fuera sospechoso de simpatizar con la Unión Soviética. La llamada caza de brujas, dirigida básicamente contra colectivos de intelectuales y científicos, llevó a la sociedad estadounidense a una especie de histeria anticomunista en dicho período.
• La imposición del comunismo
La Unión Soviética utilizó la Kominform (Servicio de Información de los Partidos Comunistas) para garantizar el seguimiento de sus dictados por parte de los partidos comunistas de todo el mundo. Creada en 1947, se disolvió en 1956, aunque la URSS continuó imponiendo la pureza ideológica entre sus aliados. Aun así, pronto surgieron enfrentamientos internos dentro del bloque comunista. Las principales divergencias se produjeron a partir de 1960, cuando el Partido Comunista Chino manifestó fuertes discrepancias ideológicas con la URSS y terminó separándose de las directrices soviéticas. En 1963 Albania rompió con la URSS y se orientó hacia los postulados del Partido Comunista Chino. Yugoslavia fue un caso singular dentro del mundo comunista, ya que, al haberse liberado por sí misma de la ocupación nazi, sin intervención del ejército soviético, vivió bajo un régimen comunista independiente de la URSS.
Fases de la Guerra Fría
Durante la Guerra Fría se sucedieron períodos de fuerte tensión prebélica, que en ningún caso provocaron el enfrentamiento directo entre las dos superpotencias, con otros períodos durante los cuales las relaciones internacionales se encauzaron por la vía del diálogo y de la distensión.
• La formación de los dos bloques: 1947-1953
En esta primera etapa, finalizada con la muerte de Stalin (1953), se configuraron las relaciones internacionales de la segunda mitad del s. XX. Dos de los antiguos aliados durante la II Guerra Mundial –Estados Unidos y la Unión Soviética– se enfrentaron encabezando dos grupos de países con intereses opuestos. Entretanto, Europa había quedado definitivamente en un segundo plano, atrapada entre los dos grandes. La amenaza de una guerra generalizada se hizo manifiesta con la creación de dos alianzas militares muy fuertes –la OTAN y el Pacto de Varsovia–, que permitieron mantener el statu quo de la posguerra, procurando evitar una guerra abierta cuyas consecuencias ni unos ni otros estaban en condiciones de prever. Los momentos de máxima tensión y de amenaza de un estallido bélico se produjeron siempre fuera de los centros de decisión política (Estados Unidos y la Unión Soviética). Así, se pueden citar el bloqueo soviético de Berlín (1948-1949), la creación de la República Federal de Alemania (1949), la revolución comunista de China (1949) y la guerra de Corea (1950-1953).
• El fracaso del intento de distensión: 1953-1962
La distensión y la coexistencia pacífica fueron formuladas por primera vez en este período como vías para resolver los conflictos derivados de la existencia de los dos bloques y de la amenaza nuclear. La Unión Soviética disponía de la bomba atómica desde 1949, por lo cual este período se inició con un equilibrio militar entre las dos potencias, en el que ambas partes reconocían el potencial destructor del enemigo.
Los primeros conflictos estallaron en 1956: la invasión soviética de Hungría y la crisis del canal de Suez, que se produjo a raíz de la nacionalización del canal por parte de Egipto, aliado de la URSS. La intervención del ejército israelí en apoyo de los paracaidistas anglofranceses que se enfrentaban a las tropas egipcias provocó que la Unión Soviética amenazara con intervenir directamente en el conflicto. La mediación de la ONU puso fin a la crisis.
La invasión de Hungría por el ejército soviético en 1956 se debió a la disidencia demostrada por el régimen comunista húngaro, que inició una experiencia de democratización del país. Ésta fue abortada por una contundente intervención militar del Pacto de Varsovia, que reprimió la revolución popular y restauró el orden soviético con la imposición de la línea ortodoxa dentro del Partido Comunista Húngaro.
Otro capítulo de la tensión fue la construcción en 1961 del muro de Berlín, destinado a impedir la fuga de ciudadanos de la RDA hacia el Berlín occidental. El muro se convirtió rápidamente en el símbolo externo más evidente de la división entre los dos bloques.
Conflicto de los misiles de Cuba. En octubre de 1962, un avión U-2 de Estados Unidos reveló la presencia de misiles nucleares soviéticos en la isla de Cuba, lo que desencadenó una grave crisis entre las dos superpotencias.
En 1962 tuvo lugar el conflicto de los misiles de Cuba, que puso al mundo entero en situación de amenaza real de guerra. En 1959 se había instaurado en Cuba un régimen comunista aliado de la URSS, dirigido por Fidel Castro. En el verano de 1962, los soviéticos instalaron en la isla misiles con cabezas nucleares capaces de alcanzar la costa de Estados Unidos. Cuando los servicios de espionaje estadounidenses los descubrieron, el presidente Kennedy exigió su retirada inmediata. Tras varias semanas de tensión, en las que el conflicto nuclear parecía próximo, la URSS accedió a retirar los misiles.
• La tregua y la distensión: 1963-1975
Estados Unidos y la Unión Soviética optaron, a partir de 1963, por la coexistencia pacífica entre los dos bloques, el mantenimiento del statu quo y un desarme nuclear limitado. La situación mundial había cambiado con relación al final de la II Guerra Mundial. Tras la consolidación del Mercado Común Europeo, Europa se alzaba como una gran potencia económica; crecía la influencia del Movimiento de Países No Alineados, integrado por estados del Tercer mundo equidistantes políticamente de los dos bloques; las tensiones entre los dirigentes chinos y soviéticos condujeron a la ruptura entre ambos países en 1963. En definitiva, la amenaza de un conflicto mundial generalizado se alejaba.
Los acontecimientos más destacados de este período fueron la invasión soviética de Checoslovaquia y la guerra de Vietnam. En 1968, el Partido Comunista de Checoslovaquia decidió sustituir al secretario general, el estalinista Antonin Novotny, y nombró a Alexander Dubcek, que no contaba con el apoyo de la URSS; la tímida apertura del comunismo checo a sectores situados fuera del partido (Primavera de Praga) fue duramente reprimida por los países del Pacto de Varsovia, con la URSS a la cabeza, que ocuparon Praga en agosto de ese mismo año e iniciaron la depuración de los máximos dirigentes del Partido Comunista de Checoslovaquia que habían encabezado el movimiento.
En agosto de 1968, los tanques del pacto de Varsovia invadieron Checoslovaquia para sofocar los intentos de democratización que comenzaban a producirse tras la elección de Alexander Dubcek como primer secretario del Partido Comunista Checoslovaco.
En Vietnam se vivía desde 1954, año de la expulsión de las fuerzas coloniales francesas y de la independencia del país, una cruenta guerra civil que enfrentaba a los ejércitos de Vietnam del Norte, donde se había establecido un gobierno comunista apoyado por la URSS y China, y Vietnam del Sur, sometido a un régimen militar dictatorial sostenido por Estados Unidos. A partir de 1963, Estados Unidos se involucró directamente en el conflicto con el envío de armas y hombres (hasta medio millón de soldados). Fue una guerra cruel, costosa y larga, que terminó con la retirada de Estados Unidos (1973) de un Vietnam completamente arruinado, que en 1975, fue reunificado por los comunistas.
Este período se cerró con la firma de los acuerdos de Helsinki (1975) entre Estados Unidos y la Unión Soviética, en los que se preveía el desarrollo de la cooperación en Europa, el mantenimiento de las fronteras emanadas de la II Guerra Mundial, la utilización de medios pacíficos para resolver las crisis y el respeto a la Carta de los Derechos del Hombre.
• El último período de la Guerra Fría: 1975-1991
A pesar de los acuerdos alcanzados en Helsinki durante la segunda mitad de la década de 1970, las relaciones entre las dos grandes potencias volvieron a entrar en un período de tensión a causa de la reacción estadounidense ante el avance comunista en el sureste asiático y África.
Otro factor nuevo de este período fue el triunfo de la revolución islámica en Irán, dirigida por el ayatolá Jomeini en 1979. La pérdida por parte de Estados Unidos de este aliado tradicional en Oriente Medio, área de importantes intereses geoestratégicos y económicos, desestabilizó toda la región. La situación internacional se complicó debido al progresivo desarrollo del integrismo islámico, a la compleja situación creada con la guerra iniciada en 1980 entre Irán e Iraq, y a la intervención soviética en Afganistán, que suponía para Estados Unidos un peligroso avance de la influencia de la URSS hacia el océano Índico.
La intervención soviética en Afganistán tuvo similitudes con la participación estadounidense en la guerra del Vietnam. La intervención militar de la URSS contra las guerrillas musulmanas de Afganistán, entrenadas y financiadas por Estados Unidos, se prolongó desde 1979 hasta 1988. El conflicto supuso una fuerte derrota para la URSS, que perdió muchos hombres y credibilidad internacional. La Conferencia Islámica y el Movimiento de los Países No Alineados condenaron duramente la intervención soviética.
La revolución sandinista de Nicaragua (1979) se convirtió en otro escenario del renacido enfrentamiento entre Estados Unidos y la URSS. Tras el triunfo sandinista, la administración estadounidense del presidente Ronald Reagan organizó la ayuda a la contra, movimiento contrarrevolucionario formado por guerrillas derechistas enfrentadas al régimen sandinista. Estados Unidos, decidido a frenar el avance de una revolución de signo socialista en América Central, acusaba al sandinismo de recibir ayuda soviética. La intervención estadounidense en Nicaragua frenó la influencia de la Cuba castrista en este país, pero significó al mismo tiempo el alargamiento de la guerra civil y el agravamiento de la ya difícil situación económica nicaragüense.
La caída del muro de Berlín tuvo el aire de una gran fiesta cívica. Gentes de toda edad y condición, desde miembros del establishment a sectores radicales, participaron en la destrucción del que era el último símbolo visible de la Guerra Fría.
A pesar de los acuerdos SALT 1, firmados en 1972 para frenar el desarrollo de nuevas armas nucleares, las dos potencias continuaron en estos años con la modernización de sus arsenales. En 1983 Estados Unidos inició la llamada Iniciativa de Defensa Estratégica (conocida como Guerra de las Galaxias), con la intención de crear una red espacial defensiva que protegiera su territorio ante cualquier misil lanzado desde posiciones enemigas. En 1987 ambas potencias acordaron la eliminación de los misiles de alcance intermedio, y en 1991 se firmó un tratado con la intención de reducir en un 30 % las armas nucleares.
El fin de la Guerra Fría
La escalada de tensión iniciada en 1975 se fue reduciendo desde la llegada al poder, en 1986, del nuevo secretario general del Partido Comunista de la URSS, Mijaíl Gorbachov, quien inició una nueva etapa en la historia de aquel país, conocida como perestroika. Gorbachov, consciente de la paralización económica y política que sufría la Unión Soviética y de la imposibilidad de seguir compitiendo militarmente de igual a igual con Estados Unidos, intentó sin éxito reformar al régimen soviético.
Las características principales de su política fueron la reducción del gasto militar, la democratización progresiva del régimen y la introducción de mayor transparencia informativa en todas las áreas.
Los objetivos de la perestroika fueron imposibles de llevar a cabo en un país acostumbrado a la rigidez organizativa y a la falta absoluta de libertades. La lucha por el poder político condujo a un frustrado golpe de estado contra el propio Gorbachov (agosto 1991) y a la disolución de la URSS en diciembre del mismo año. Con la desaparición de la URSS se puso fin a la Guerra Fría y se inició una nueva era en las relaciones internacionales.

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